Dos años prácticamente ininterrumpidos de pandemia por COVID han tenido un impacto demoledor en las enfermeras y enfermeros que trabajan en España. Y el problema es que no se atisba la salida porque la lucha contra el virus mantiene en un bucle asistencial a casi el 80 por ciento de los profesionales, que se ve obligado a dedicar la mayor parte de su tiempo de trabajo al COVID y no puede prestar la asistencia que querría al resto de sus pacientes. El resultado de tantos y tantos meses de desgaste ha tenido consecuencias muy graves para la salud metal de estos profesionales, ya que un tercio de ellos (33%) reconoce haber sufrido depresión, 6 de cada 10 confirman haber padecido insomnio (58,6%) y algo más de dos terceras partes ha tenido episodios graves de ansiedad (67,5%). Estos son algunos de los resultados y conclusiones extraídos de la mayor encuesta realizada jamás en España en el sector enfermero: han participado 19.300 enfermeras y enfermeros durante las primeras semanas de enero de 2022.
Profesionales extenuados que se replantean la vocación e incluso abandonar
COVID: consecuencias psicológicas y emocionales
Duplicar profesionales para dar respuesta asistencial
Condiciones de trabajo pésimas
Unanimidad respecto a conseguir el nivel A1
Una profesión dispuesta a movilizarse